La curiosidad te puede. ¿A dónde llevará ese pasadizo? Si se ha abierto es por algo. Es más, la entrada está en tus dominios, así que técnicamente el túnel es tuyo. Y si te apetece explorar tu túnel, lo exploras y punto.
—Sólo un vistazo y vuelvo –le dices a los restos de la muñeca parlante. Como no te responde, das un paso y te adentras en el pasadizo.
El pasillo sigue recto unos metros y luego empieza a descender. Parece que sigue bajo tierra. ¿Hacia dónde llevará?
Aún estás pensándote qué hacer cuando un ruido de fricción te sobresalta. Te giras rápidamente, pero es demasiado tarde: ¡La pared se ha deslizado de vuelta a su sitio y te ha bloqueado la salida!
Bueno, qué remedio. Ahora no tienes otra opción que seguir adelante.
–Negro destino el de los curiosos –dices melancólicamente. Echas a andar túnel abajo, lanzándote a los brazos de la suerte.